Crónica: Nacho Bonilla
Fotografías: Dani Marzo
Miguel Catalán consiguió en la tarde de ayer viernes el primer Estandarte de su historia en la Copa Colegial. Tras haber disputado la Gran Final de 2019, en la que fueron derrotados por Montal Calasanz, los Tigers lograron por fin erigirse como campeones de la competición superando en un intenso partido a unos Martina Bescós Hearts que se quedaban con la miel en los labios tras haber completado una magnífica Copa Colegial en el año de su debut.
El pabellón municipal de Cuarte de Huerva presentaba sus mejores galas con un ambiente asfixiante apoyando a los dos equipos, pero con la afición local en clara superioridad numérica arropando a los Hearts para lograr lo que habría sido un triunfo histórico, partiendo desde la ronda previa como equipo debutante que eran. El homenaje al jugador de Gladiadores Montessori, Alberto Pérez, que resultó gravemente lesionado de la rodilla la pasada semana en el partido de semifinales, ponía un bonito inicio al duelo con los dos equipos fotografiándose con él y con la grada aclamando al que ha sido uno de los jugadores más destacados de esta edición.
Si los inicios de los partidos siempre son importantes, el de una Gran Final, con el ambiente que se vivía en el pabellón, siempre lo es más. Así lo entendieron los jugadores dirigidos por el joven Miguel García, que se plantaban con un parcial inicial de 0-9 que pasaría factura a Martina Bescós, siempre a remolque de sus rivales a lo largo del partido y sin conseguir ponerse nunca en ventaja en el tanteador. Superada el ecuador del primer cuarto, la dupla formada por Mario Lambea y Diego Royo comenzaba a funcionar, pero en el lado contrario, Luis Andrés llamaba ya a la puerta del MVP de la Copa Colegial 2025 con 13 puntos en su haber y resultando imparable tanto en penetración como en el tiro exterior. 13-20 al final del primer cuarto suponía ya una buena ventaja que los Tigers debían de gestionar con inteligencia para llevarse el triunfo final.
No encontraban los Hearts ese juego rápido y vistoso al que nos han acostumbrado durante sus anteriores partidos, con el que ahogaban a sus rivales. A cuatro del descanso, Miguel Catalán adquiría la máxima del partido, con un 15-27 que se hacía ya un mundo para los de Kike Lambea, cuyas caras reflejaban el mal momento que pasaban sobre la pista pese a los continuos cánticos de ánimo de sus aficionados. Tras el tiempo muerto del técnico local, los de Cuarte pasaban a defender en zona, sintiéndose más cómodos y dificultando las acciones de ataque visitantes, que ya no lograban superar las líneas defensivas. Aarón Aranda, muy desdibujado durante los primeros minutos, daba empaque a su equipo recibiendo por dentro y haciendo mucho daño a los Tigers. Con ocho puntos en su casillero en apenas tres minutos, el pívot se convertía en pieza clave del inicio de la remontada: 29-34 al descanso y la diferencia que bajaba hasta los cinco de distancia. Había tiempo para todo.
Tras el paso por vestuarios, Martina Bescós salían decididos a dar la vuelta al electrónico. El 5-2 inicial encendía todas las alarmas en el banquillo de Miguel García, que paraba el partido para cortar la racha local. El tiempo muerto funcionó y fue un acicate para los suyos, que devolvían el golpe con un parcial de 0-9, con buenos momentos de Rodrigo García y Mateo Cadarso, que devolvían la tranquilidad a los suyos, mientras que Luis Andrés continuaba a lo suyo martilleando el aro rival y sumando hasta colocar el final del tercer cuarto nuevamente una buena ventaja de 13 puntos para los Tigers, una distancia que parecía ya complicada de salvar en el último periodo.
Lo intentaba sin reblar Martina Bescós, pero hay días que las cosas no salen como quieres, y el equipo se mostraba nervioso y quizás con un punto de sobre motivación por el ambiente que se vivía en la final. Acciones demasiado precipitadas y errores en tiro y rebote iban condenando a los Hearts, cuya situación se complicaba por la expulsión por cinco personales de Aarón Aranda a seis minutos del final. La buena actuación hasta el final de Pablo Mateo en su lugar no sirvió para revertir el marcador, con Miguel Catalán jugando ya con la tranquilidad de ver el triunfo en el bolsillo. Lucas Salgado también debía abandonar el partido por cinco faltas a tres minutos del sonido de la bocina, pero para entonces los locales ya iban bajando los brazos. El acierto de Miguel Catalán desde la línea de tiros libres, con un parcial de 0-5 conseguido desde esa posición, dejaba todo sentenciado con un solo minuto por delante, con los Tigers sumando su primer título colegial ante la decepción de la hinchada local, que no dejó de animar a sus jugadores ni siquiera tras certificar la derrota, y ante el éxtasis de los aficionados de Miguel Catalán que llegaron hasta Cuarte de Huerva para arropar a los suyos que, con esta victoria, se aseguran el derecho a representar a la sede de Zaragoza en la Final Nacional que se disputará en las instalaciones de Tenple, en Villaviciosa de Odón, del 16 al 18 de mayo.
La alcaldesa de Cuarte de Huerva, Elena Lacalle, el concejal de deportes de la localidad, Joaquín Gomáriz, el ex jugador Alberto Alocén y el director de la Copa Colegial Zaragoza, Francisco Ferrán, fueron los encargados de entregar los trofeos a la finalización del encuentro, acto que finalizó con toda la plantilla del Miguel Catalán recogiendo el Estandarte bajo el sonido de “We are the champions” de Queen. Luis Andrés fue proclamado jugador “K nada te frene” y Mejor Jugador de la Copa Colegial 2025, recibiendo su premio de manos de Alberto Pérez.