Misma pista, mismo aro, mismo tiro...
Hace menos de dos semanas, en cuartos de final, contemplamos el lanzamiento del jugador de Santa María del Mar para ganar el partido. No entró.
Este viernes 4 de abril se produjo un lanzamiento muy similar, en la misma pista, desde la misma zona, hacia el mismo aro, con pocos segundos para terminar el partido, por parte de Marcos Pardal para ganar el partido. Para meter a Maristas en otra final. Después de tantos años... Y lo hizo. Lo consiguió.
Es la imagen de un partido descomunal. Donde hubo de todo, pero sobre todo, emoción. Cualquiera de los dos equipos podría haber pasado a la final. Cualquiera de los dos colegios se lo hubiese merecido.
Al igual que hace unos días en el mismo recinto, tanto Compañía como Santa María, se merecían el pase a semis, lo de ayer llegó al clímax de la Copa Colegial Coruña.
Sólo podemos agradecer a los dos equipos, a los dos colegios por regalarnos estos 36 minutos de puro baloncesto colegial. A los aficionados que llenaron las gradas y animaros a sus respectivos colegios de principio a fin.
Ahora mismo no importa quién se puso por delante ni por cuanto ni cuanto tiempo.
Eso sí, volver a nombrar a Pardal. Un partido no lo gana un solo jugador. Pero la del viernes fue una noche que perdurará siempre en su memoria. No sabemos si acabará en la ACB en la Liga EBA o mañana dejará el baloncesto. Lo que está claro es que ha sido, por un día, el ídolo sin duda de su colegio. Y eso no se olvida.
Damas y caballeros. ¿Querían espectáculo? Pues ahí lo tienen. Viva el Baloncesto Colegial!
Viva...
Una copa de 10!
