Crónica: Santi Escribano
Fotos: Iván Atance
Las Corsarias de Menesiano son las flamantes campeonas de la Copa Colegial femenina de Madrid, tras asaltar la cancha de las anfitrionas de Greenwich, unas Brujitas que se habian hecho fuertes en su fortín de Alcobendas. Fue un partido tenso, extraño en lo estadístico, y tremendo en lo relativo a la emoción, que no se decidió hasta el último minuto.
Durante la semana se había hablado mucho del duelo entre dos de las tres jugadoras más valoradas de toda la Copa Colegial, la local Irene Fernández (MVP de las suyas, 16 puntos y 23 de valoración) y Julieta Escribano (solo 8 puntos, pero autora del triple decisivo, amén de capturar 14 rebotes, lo que le valió el MVP de la competición).
Pero en la finalísima se colaron otras dos protagonistas, nada inesperadas: Nicoletta Adriana Castellón, más valorada encuentro con un doble doble de 17 puntos y 13 rebotes para 25 de valoración; y Elena Pajuelo, otros 17 puntos para Greenwich.
Ya desde que te acercabas a Greenwich se notaba que no era un día más. "Entrada, por favor", solicitaban con una sonrisa las voluntarias de la Copa Colegial. Así hasta a 1400 personas. ¡¡Llenazo!! Sonoros aplausos cuando el reconocido speaker Pedro Bonofiglio presentó a Menesiano, pero auténticos aullidos cuando llegó el turno a las Brujitas, a las locales. Las bocas abiertas con el espectáculo de las jóvenes cheerleaders.
Ya solo por la presentación había merecido la pena el camino, los viernes por la tarde de partido, la emoción, los entrenamientos, los viajes...
...pero la cosa iba de ba-lon-ces-to. Salían con todo las de casa, con la MVP Irene Fernández en el quinteto inicial, reservaban las visitantes a su jugadora a su seguir, Julieta Escribano, pero no se guardaban a Nicoletta Adriana Castellón, que fue la autora de la primera canasta: un tiro libre tras dos minutos y medio de juego. Se notaban los nervios propios de una final.
Pero poco tardaría Fernández en responder, bombita marca de la casa, 2-2; y Escribano en entrar a pista. Rotaba Menesiano para mantener esa intensidad que les ha llevado a su primera final, mientras los puntos subían al marcador con cuentagotas: pírrico 4-5 mediado el cuarto.
SI LA TENSIÓN DIERA PUNTOS...
Si la tensión diera puntos, el marcador a estas alturas iría 200-250 o así, pero como no es así, cada canasta se celebraba como un gol. El sexto consecutivo de Irene Fernández ponía el 6-5 para Greenwich. El tiro libre de Daniela Martín parecía significar el título: 7-5.
Llegaba el turno para Menesiano, cuyo dominio del rebote (6-15 en el primer cuarto) no le servía para irse en el marcador: Inés Sáez de tres, metía la única canasta en juego para las Corsarias en el primer periodo, tras seis minutos de partido, y acallaba a la hinchada local. Desde el tiro libre, cómo no (7/12 desde esta distancia), Alejandra Arroyo ponía el 7-10.
Así las cosas, y en un último minuto un tanto chiripitifláutico, el primer cuarto terminó con un ajustadísimo 9-10. Y no muy diferente en faltas personales, 7-6.
REBOTES, IGUALDAD Y REFERENTES
En el arranque del segundo cuarto, dos rebotes seguidos de Castellón para meter la primera canasta bajo el aro para Menesiano (9-12). Respuesta de Elena Pajuelo de tres, 12-12, Castellón ponía el 12-14; y llegaba el concurso de triples: Fernández hacía honor a la fama de toda la Copa Colegial con dos seguidos, no se amilanaba Puebla para las visitantes: 18-17 mediado el cuarto. Esto ya era otra cosa.
Elena Pajuelo se unía a la fiesta del triple, antes de que los aros volvieran a cerrarse para ambos equipos con 21-18. Tardaría un buen rato Castellón, referente hoy de las Corsarias, en romper esa sequía, aunque la alegría duró poco: inmediata respuesta de Pajuelo, 23-20. Desde el tiro libre María Arizmendi puso el 23-22 con el que llegábamos al descanso.
Todo por decidir en un encuentro de estadísticas extrañísimas: dicen que el rebote gana partidos, y en esta primera mitad era clarísimamente para Menesiano, un brutal 9-32,.Pero eso no se reflejaba a la hora de anotar cerca del aro: 3/16 en tiros de dos (19%), por 4/12 (33%) de Greenwich. En triples, 4/15 (27%) las de casa y 2/12 (17%) las visitantes; y en tiros libres, otra brecha: 3/4 (75%) las Brujitas, ¡10/16! (63%) las Corsarias. Digno de estudio.
Mientars lamentábamos que el partido no fuera a la hora del desayuno, para poderle pedir a la mascota de los Corn Flakes de Kellogg´s que bailaba en el centro de la pista unos cereales, los cuerpos técnicos daban instrucciones para afrontar una segunda parte imprevisible.
LAS TORRES GEMELAS CONTRA LAS TIRADORAS
Tocaba salir con todo. Las torres gemelas de Menesiano, Escribano y Castellón, sembraban el terror en la zona y sumaban una nueva vía de anotación, Puebla de tres: 23-27. Pero ojo, Elena Pajuelo tenía la respuesta, 26-27 tras los primeros tres minutos.
Llegaba la primera canasta en juego de Julieta Escribano, a quien las suyas habían echado en falta en ataque, 26-29; y Menesiano tomaba la iniciativa con otra canasta de dos de Alejandra Arroyo, 26-31.
Pero Greenwich no les dejaba marcharse, aunque fuera anotando desde los tiros libres (Elena Pajuelo, 28-31). La propia Sara era quien recibía una falta al irse al contraataque que no aprovechó para recortar diferencias.
El ritmo del partido lo marcaba Menesiano, pero el marcador no decía eso: quedando 1:15, el marcador era un ajustadísimo 30-31. Inés Sáez para las azules y Pajuelo, otra vez Pajuelo, con 17 puntazos a estas alturas de partido, para las verdes pusieron el 32-33 con el que nos íbamos al último cuarto. Ufffff.
LAS BRUJITAS GOLPEAN PRIMERO...
¡Cómo empezaban las Brujitas Verdes! Triplazo de Carlota Vidal 35-33. Otro, este frontal, este de Sara Pajuelo, 38-33. La hora de las valientes: skyhook de Escribano para Menesiano. Si el parqué hubiera sido pasto, habíamos salido ardiendo: quedando 5 minutos para el final, saltaban chispas. Defensas duras, equipos, banquillos y afición muy metidos. Rivalidad bien entendida, de la que gusta ver.
Recibía una falta antideportiva Nicoletta Adriana Castellón, y no le temblaba el pulso pese a que tenía enfrente a la hinchada de Greenwich moviendo los brazos como si estuvieran perdidos en mitad del océano y vinieran los salvavidas, 38-36. Y dos jugadas después, gancho de la propia Castellón para volver a empatar el partido. Quedaban cuatro eternos minutos, 38-38.
EL ETERNO 40-40
Culminaba el contraataque del 40-38 como una centella Puebla, pero aquí si te despistas te lo pierdes: pillería de Irene Fernández para volver a empatar bajo el aro, 40-40, quedaban tres minutos y medio.
Escribano erraba dos tiros libres "otro, otro", desanimaba la afición local. ¡Qué nervios! Tras sendos fallos de esos que solo se entienden cuando estás atacada, llegó el tiempo muerto, a falta de 2:19 y con el empate 40-40 indicando que quedaba emoción para rato.
Y tanta. Aunque sin canastas. Puestos a ver cosas inusuales, incluso se quedó un balón enganchado entre el soporte y la canasta. Pero el 40-40 seguía, testarudo, cabezota, riéndose de nosotros, en el marcador.
Castellón, tras coger nosecuantos rebotes bajo el aro y fallar, recibía falta. Tiros libres: falla el primero, mete el segundo. 40-41. 1:28 para terminar.
¡JULIETA DE MI VIDA Y DE MI CORAZÓN!
Mal tiro de Elena Pajuelo, rebote defensivo para Menesiano, claro... ataque pausado, distinto... y... ¡triple de Julieta Escribano! La pívot estaba teniendo un partido discreto en lo ofensivo, y ella, su banquillo y su grada lo celebraron sabiendo el valor que tenía tal y como estaba el partido y quedando lo que quedaba: 53 segundos, 40-44. Tiempo muerto.
Buscaba el triple Greenwich, pero como no había bonus, apenas era la segunda falta de Menesiano, las visitantes defendieron duro. A la desesperada, las Brujitas lanzaban de tres, pero ni Pajuelo ni Fernández lo encontraron. En esa búsqueda a lo loco, a falta de 31 segundos, Pajuelo fue al tiro libre, pero erró los tres tiros, dando la final por finiquitada.
En la siguiente jugada, Castellón era quien iba a los tiros libres. Y, ella sí, sentenció quedando 27 segundos: anotó los dos, para locura de los suyos. Ya no había tiempo para más, ni siquiera se jugó la última: el 40-48 final no refleja lo tremendamente reñido que estuvo el partido.
