Ha pasado poco más de una semana desde que Novaschool volviera a tocar el cielo en la Final Nacional de la Copa Colegial, y el eco de su gesta aún resuena con fuerza. La escuela malagueña logró el pasado 18 de mayo, en Tenple, su segundo estandarte nacional, igualando a Sant Gabriel de Sant Adrià como los únicos centros con dos títulos estatales (los catalanes con uno masculino y uno femenino), en la historia del torneo. Pero más allá de lo alcanzado, lo conseguido por el conjunto dirigido por Gerardo Páez representa algo más profundo: la consolidación de una filosofía ganadora.
Lo de Novaschool no ha sido un golpe de suerte ni una buena generación aislada. En solo un año, han firmado un back to back que los coloca como referencia nacional del baloncesto colegial. Campeones en 2024 en Pozuelo, revalidaron el título en Villaviciosa con una madurez impropia de su edad. Miquel Ochogavia, Alejandro Artero, Tiago Maikel y el resto de una plantilla repleta de talento y compromiso supieron cerrar un ciclo inolvidable (8 jugadores repitieron estandarte, Pablo Moral es el único jugador de la historia que ha disputado las 4 ediciones nacionales), con una última exhibición frente a un rival de altura.
Porque el oponente no era cualquiera. Estudio, el colegio más laureado a nivel regional, volvía a presentarse como finalista por tercera vez en la historia en la categoría masculina. Pero, una vez más, los Halcones se quedaron a las puertas del estandarte nacional. Tres finales perdidas que duelen, pero también hablan de su constancia en la élite. Novaschool, sin embargo, supo manejar los tiempos del partido y golpear en los momentos clave, demostrando una templanza que parece ya marca registrada.
Las individualidades también dejaron su huella. Si en 2024 el MVP fue Pablo Guindo, en 2025 el protagonismo lo asumió Pelayo Barrios, que se erigió como líder silencioso apareciendo en el momento más esperado. Mucho trabajo colectivo (ningún jugador en el top15 anotador del torneo), detrás del éxito: proyecto, continuidad y mentalidad.
Una semana después, el título ya no es noticia, pero el legado que deja este grupo sí. Novaschool no solo ha ganado. Ha marcado un camino. Su doblete no es solo una conquista; es una declaración de intenciones. En la Copa Colegial, la palabra "dinastía" ya empieza a escribirse con acento andaluz. ¿Lo volverán a hacer en 2026?
#UnaCopaDe10
